José María Ponce, el inventor del porno español

José María Ponce es un hombre tan querido como odiado, querido por casi todo el mundo con los que ha trabajado y odiado por muchas de las nuevas productoras de porno español a los que José María ha criticado por llevar a la pornografía a un nivel estéticamente tan bajo y carente de calidad artística. No en vano se encuentra ahora mismo retirado del sector al igual que Ramiro Lapiedra, uno de sus mejores alumnos, porque se niegan a continuar en un mundo en el que no se encuentran cómodos, en el mundo de las producciones rápidas y baratas, de las descargas de vídeos en internet. Ellos ven el porno como algo mucho mayor pero actualmente y por culpa del “todo gratis” el porno español es un animal herido sino moribundo.

Comenzó con su musa, María Bianco, su novia en aquellos años 70 y 80 y como casi todos con unos vídeos caseros amateur. De aquella primera época con María es la película Perras Callejeras con la que inventó el género porno-yonqui, de igual forma que hizo para el cine convencional el director Eloy de la Iglesia. Pronto la mente de José María comenzó a dibujar un mundo de fetichismo creando un universo propio y muy reconocible que además contó con una maravillosa cantera con actores como Toni Ribas, Max Cortés o Nacho Vidal o actrices como la gran Sophie Evans.

Además José María comenzó a aparecer en diferentes medios de comunicación y a dirigir revistas como Hustler o Sadomaso, una de sus obsesiones que más plasma en sus películas. También fue uno de los cocreadores del FICEB y en definitiva el máximo responsable de que el porno español llegara a su plenitud y a una madurez nunca antes soñada.

Experimentador nato, tanto en su propio cuerpo en su época hippy en Formentera como con todo lo relacionado con lo audiovisual ha sido el creador de la para muchos mejor película de la pornografía patria, Gothix, que recuerda en muchos momentos al mismísimo Ingmar Bergman así como Faust, un viaje al submundo del averno pornográfico en una muy libre adaptación del clásico de Goethe.

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