Cris, una catalana de 21 años a la que le gustan los madrileños
Cris es una catalana que cansada de los rabos catalanes se vino un día a vivir a Madrid para ver a qué sabían las pollas de la capital. Trabaja en un centro comercial y la pobre no gana más de novecientos años al mes. Aunque parece que no le hace falta más a juzgar por lo bien que se desenvuelve. Primero le lleva a una terraza a tomar unas tapitas mientras esperan al chaval con el que ha quedado para follar. Pronto veréis que Cris no lleva bragas y encima le gusta abrirse de piernas. Tras el refresco, les lleva a un parque donde hace ejercicio porque no tiene dinero para pagar un gimnasio. Tras haber calentado y hacer un poco de topless para ponerse morena, se los lleva a casa para enseñarles su cuerpo entero.
Pero a ellos les da igual la decoración de su casa, ellos lo que quieren es follársela, de modo que enseguida se ponen manos a la obra. Cris se despelota entera y le dice a su nuevo amigo que se prepare para recibir el polvo de su vida. Encima se lo folla en el sofá, porque le da morbo que en cualquier momento pueda llegar a casa alguna de sus compañeras de piso. La verdad es que la catalana mueve las caderas bastante bien y gime como una putita, algo que nos pone a mil.
Tras echar un buen polvazo ha llegado la hora de quitarle el condón para sacudírsela y tragarse hasta la última gota de su semen. A ver si nos la encontramos algún día por Madrid…
Cris, una catalana de 21 años a la que le gustan los madrileños,